El objeto social de la fundación es el siguiente:
Establecer casas, propias o arrendadas, para suministrar la alimentación, la vivienda y alguna atención médica básica en forma gratuita, a personas pobres hasta que dichas personas lo deseen o hasta que la Junta Directiva lo determine.
Suministrar, cuando se pueda, otros beneficios como: aseo, alimentación, alojamiento provisional y/o servicios médicos básicos o de enfermería, a personas necesitadas.
Ofrecer otros servicios de humano amparo no establecidos en los numerales anteriores, a personas que los necesiten, y que la fundación pueda proveer.
Albergar a personas mayores de 60 años desamparados, física y/o espiritualmente, brindarles afecto, orientación espiritual y los cuidados indispensables para satisfacer las necesidades vitales de alimento, techo, vestido y salud.
La Casita San José es el resultado del trabajo del Padre Mario Arbeláez y un grupo de exalumnos salesianos que iniciaron con el Padre Manuel Álvarez.
El Padre Manuel trabajó con un grupo de exalumnos salesianos de los colegios Pedro Justo Berrío y El Sufragio. Algunos de ellos lo acompañaron durante mucho tiempo, primero en el Pedro Justo Berrío cuando era profesor y luego cuando estuvo de licencia trabajando en la parroquia del municipio Amalfi. El padre Manuel realizaba reuniones mensuales para orar y reflexionar. Se destaca también dentro de los trabajos del Padre Manuel algunas obras del apostolado, como la adquisición de casitas para gente pobre, las cuales regaló a la sociedad de San Vicente de Paúl; y el apoyo a algunos jóvenes egresados de bachillerato, para que pudieran ingresar a la vida universitaria y lograran su graduación.
Cuando el padre Manuel regresó a la comunidad del barrio Boston continuó con el mismo grupo que lo acompañó, haciendo las reuniones de oración y reflexión, hasta la noche de su muerte el 2 de Agosto de 1996.
Luego de la muerte del Padre Manuel, cuando los exalumnos quedaron solos, le pidieron al padre Vidal Niebles que les nombrara una persona que los continuara dirigiendo. En ese tiempo, el padre Mario Arbeláez estaba muy delicado de salud y se encontraba en la parroquia El Sufragio. El padre Niebles que era el provincial en ese tiempo, lo visitó en la habitación donde se encontraba enfermo y le habló de la petición que le hacían los exalumnos. El Padre Mario dijo que su estado de salud era muy delicado, a lo cual Niebles le respondió que lo que ellos pedían no era mucho, sólo escucharlos, darles consejos, y oírlos en confesión. Entonces él le dijo que si era solamente eso, con mucho gusto y así comenzó la nueva dirección.
Pasado un tiempo, el Padre Mario mejoró de salud y los exalumnos le dijeron que adelantaran alguna obra y él aceptó. El preguntó qué obra querían hacer y los exalumnos le dieron a escoger a él. El Padre dijo que le gustaría un ancianato y los exalumnos preguntaron ¿por qué? El dijo que era la porción de la sociedad mas desamparada en el momento presente. Los exalumnos aceptaron, pero plantearon que era un objetivo muy difícil, pues debía ser muy costosa, y en ese momento no se tenía dinero, ni local, ni nada; sin embargo comenzaron a pensar y a estructurar poco a poco la obra. Después de una larga espera y de luchas, se dio inicio a la Fundación Casita San José, a través de la cual se logró conseguir la obra, que hoy recibe el mismo nombre “Casita San José”. El 28 de Octubre de 1999 se hizo la compra del inmueble, como consta en la escritura, por 48 millones de pesos.
La casa se contraba en muy mal estado, muy caída y poco a poco se fue adaptando. Una vez se tenían las primeras habitaciones listas, se inicio la obra con los ancianos, dando albergue a dos hermanas muy pobres y abandonadas: Ester Mazo que había sufrido un derrame y estaba totalmente inválida, pues no podía hablar ni valerse por si misma; y su hermanita Gabriela Mazo, que apenas caminaba y se pasaba de una silla para otra. De ahí en adelante han sido varios los ancianos, personas enfermas e incluso jóvenes, que han pasado por la Casita San José y recibido todo el calor humano del equipo de trabajo de la Fundación. A la fecha se tienen 22 habitaciones y 20 ancianitos residiendo en la Casita San José.
El día 2 abril de 1998, en el salón parroquial de Nuestra Señora del Sufragio, se reunieron las siguientes personas y dieron inicio a la Fundación Casita San Jose:
Jorge Hernán Acosta , Héctor Mario Alvarez, Padre Mario Arbelaez, Juan Carlos Calle Rojas, Juan Guillermo Gómez, Joaquín Jiménez, Eugenio Orozco, Iván Darío Ospina, Juan Carlos Ospina, Mauricio Puerta, Sigifredo Rojas, Fredy Tamayo, Julián Chica, Roberto Chica, Mario Alvarez B., Luis Javier Zapata, Conrado Guerra, Jhon Jairo Mina, Diego Uribe, Mauricio Zapata, Diego Alberto Zuluaga, Juan Gonzalo Jimenez.
Acompañados del grupo de Benefactores y Voluntarios, actualmente se cuenta con la participación del siguiente grupo de miembros activos en las diferentes actividades de la Casita San Jose:
- Héctor Mario Álvarez Padre
- Mario Arbelaez
- Juan Carlos Calle Rojas
- Joaquín Jiménez
- Eugenio Orozco
- Iván Darío Ospina
- Juan Carlos Ospina
- Mauricio Puerta
- Sigifredo Rojas
- Roberto Chica
- Mario Álvarez B.
- Conrado Guerra
- Andrés Valencia
- Pablo Restrepo
¿Cómo puedes ayudarnos?
ALIMENTOS:
Alimentos: granos, lácteos, huevos, enlatados, carne, verduras, frutas, panes; con su respectiva fecha de vencimiento.
ASEO:
Detergentes, jabones para lavado de ropa, lavado de cocina, aseo general, servilletas, bolsas de basura, papel higiénico.
NECESIDADES ACTUALES
Un aporte económico para ayudar en la infraestructura de la casita:
Restauración y mantenimiento del techo, adecuación de closet en una habitación, adecuación de cabina en el baño de una habitación, cambiar una unidad sanitaria por baño ahorrador de agua.
Puedes hacer una consignación o transferencia a la cuenta de ahorros BANCOLOMBIA, No 1016-2792416. Dios te lo sabrá recompensar.
MEDICAMENTOS
Alcohol, gasas, paños húmedos, copitos, curitas, isodine, Ensure, glucerna. Otros medicamentos no se pueden recibir debido a que la casita no dispone de personal facultado para su clasificación y pertinencia.
VISITANOS
Programando una visita y traer a los abuelos una media mañana, algo o actividad recreativa, entregando parte de tu tiempo para pasar una tarde y llevarles lectura, juegos de mesa o alguna actividad que favorezca los vínculos emocionales.
RIFA SEMESTRAL
Contamos con la rifa semestral que al comprar las boletas se invierte en el mantenimiento de la casita San José.